martes, 17 de abril de 2012

Cayendo...

(Dibujo: Juan Arancio)

"Ese horcón está torcido"
me dice alguno por áhi,
y yo me río pensando:
¿no sabe que es ñandubay?

Si ven degollar asustan,
son decentes por demás;
si ven papeles con barcos
¡pa'qué les voy a contar!

Sé cómo pisa el ñandú,
conozco el rastro'el carpincho.
Todito se va pintando
como el Bastonero quiso.

Deja la marca'e su lengua
doña Envidia, despacito.
La Angurria deja diez dedos
hasta en chirola de 5.

Si el hablar costara plata
más de uno estaría fundido.
¡Aprendé del trenzador,
vos que te vas por el pico!

Pa'boliar tanto animal
que entre las plazas pastea,
la comisión de fomento
contratar gauchos debiera.

Con las piedras que me tiran
vi'hacer unas bagualeras.
Se van a envenenar solos
los perros que me torean.

¡Miren que hacerse paloma
la víbora yarará!
Todos saben que su ley
es dar veneno y picar.

Criticar es cosa fácil,
difícil: alzar horcón.
Si ven una casa fiera,
¿por qué no la hacen mejor?

Por alto destino'e ceibo
parao me voy desangrando.
De cada flor cáida al río
brota el corazón de un pájaro.

No soy de un solo volido
como el pobre pacaá.
Cuando abren cancha mis alas
hasta el sol no paran más.

Ñandú pa'no acalambrarme,
preciso ir contra el viento,
lo mismo que hace el biguá
pa'poder alzar el vuelo.

Dificulto que me manquen
las rabias amontonadas.
Pa'voltear la gusanera
les doy vuelta la pisada.

No he nacido pa'escarbar
como el pobre tatú viejo
que en la creciente, asustado,
se va solito pa'l fuego.

El Tata desvirador
derecho sacó este tiento:
desgracias de punta a punta
¡Pu... cha, qué pulso parejo!

Boleadora con señal
ni en el malezal me pierdo,
y a lo macá voy chiflando
la dentrada de mi invierno.

Mientras escarban la plata
sigo la avispa del verso.
¡Es difícil encontrar
la lechiguana, pa'un ciego!

Odia la reja'e la celda
mi zorzalito costero.
¡Tanto decente con hambre!
¡Tanto ladrón que anda suelto!

Voy en viaje pa'otro lao
más traqueteao que cencerro,
igual que gato montés
atarascao por los perros.

Pitando al lao del camino
pedí de balde una cuarta.
La chiflé y se hizo la sorda
cuando pasó, la esperanza.

'Tando limpito de manos,
no he de llorar al partir.
Mi herencia: sangre hecha letras,
se tendrá que repartir.

Por eso, mis cuereadores,
voy a darles un consejo:
ya me empecé a encenizar...
no se apuren por el cuero.

El lazo de la existencia
está trenzao con el tiempo,
pero nadie sabe cuándo
se corta el último tiento.

Somos distintos de furias,
emparejen pa'largar...
¡Va a ser linda la carrera
del cascabel y el zorzal!

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