viernes, 18 de septiembre de 2009

Nomás por costumbre


No soy letrado, pero tengo lengua,
no vivo cerca, pero tengo un zaino,
Con el acorto toditas las leguas,
Que hacen distantes la ciudad del campo.

Hace algún tiempo que no me llegaba,
Porque la lluvia no ayudó en el parto
Y el mismo sol que ustedes gozaban
Nubló mi esperanza quemando mi campo...

Mi campo les dije... y claro que es mío
mío porque lo amo, mío sin papeles,
mío de mentira, nomás de mirarlo.
Así la cosecha se quedó dormida,
Y golpeó las manos el hambre en mi rancho.

Les cuento mis males, no para ablandarlos,
No vine a pedirles, vine a visitarlos...
Como ustedes no iban... no sé en que ocupados...,
Me dije... ¿que raro? Que raro...
Que la gente amiga que tengo en el pueblo
No se halla costeado pa’l lado del rancho,
Que no tenga ganas siquiera de verme,
Esas mismas ganas que de verlos siento.

Me habrán olvidado? Chá que estoy diciendo!
Pensar que esa gente que me quiere tanto,
Y que me recibe de brazos abiertos,
Cuando voy al pueblo a venderles barato,
Pueda echarme a un lado, o darme por muerto,
Sin que les preocupe su amigo del campo.

No han tenido tiempo, seguro que es eso,
y tal vez mañana alguno de ellos
me de la alegría de venir a verme
y de preguntarme: - ¿ Que le pasa al hombre,
que hace un rato largo no va para el pueblo?

Sin darles más vueltas dejé de extrañarlos,
no le hice caso a la triste idea de verme olvidado
y seguí ocupado en esa tarea que me halló pensando…
Pero si son ellos los que necesitan que yo valla a verlos!
Y si alguna desgracia ocurrió en el pueblo...
No sé... movimiento ‘e tierra o alguna epidemia,
De esas que desolan con hambre y miseria,
si es así la cosa, yo que estoy haciendo?

Corrí hasta el alero, descolgué las riendas,
Lo chiflé a mi zaino y lo monté en pelo,
Pa’ no perder tiempo, le grité a mi china:
- tengo un entripado, me voy para el pueblo!!!
Fue tan grande mi apuro que no le di un beso...
y por el camino renegué mil veces
de haber desconfiado de sus sentimientos
por haber pensado tan solo un momento
en que mis amigos me hallan olvidado.

Después de hora y media
de haber galopado sin darse descanso
relinchó mi zaino, sintiendo alegría,
porque veía al pueblo, tan sano y tan salvo.
Yo también contento me tiré al boliche,
Para confundirlos en un fuerte abrazo,
Más cuando los vide tan despreocupados,
Me dio tanta bronca, me sentí tan triste,
que me ahogó la pena de verme olvidado.

A ofrecer mi nada me largué pa’l pueblo
Y ahura me doy cuenta que de nada sirve
Que de nada... sirve, la nada tengo.
Porque veo los vasos de ginebra llenos
Los puchos humeando en los ceniceros
Y al truco mintiendo los puntos de un quiero.

No se asombren tanto, yo les aseguro que vine pa’ eso
Soy un ser humano tengo sentimientos,
y esto no es un truco pa’ andarles mintiendo.
Porque aunque me falte cultura y progreso,
No me falta escuela pa’ decirles esto:

- No soy letrado, pero tengo lengua,
no vivo cerca, yo soy bien del campo,
y aunque ya no tengo ni pa’ mate amargo,
y a mis tres gurices con los pies descalzos...
me pegué una vuelta... nomás por costumbre,
para preguntarles...¿Cheee! Precisan algo!!!

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