sábado, 19 de noviembre de 2011

El Pangaré de Calfiao

(Dibujo: Rodolfo Ramos)
El que lo vio entreverao
valoró su condición
y habló con almiración
del pangaré de Calfiao.
Jamás se vido aplastao
nunca le hizo mella un viaje,
asombrao por su coraje
en los pagos del Tandil,
de las ancas al cuadril
lo palmeaba el paisanaje.

El Viejo Pampa ha llegao
y comentó al desmontar,
que vino a parlamentar
por lo que había pasao.
Angustia grande en Calfiao
demostraba en ese día,
por la cruenta correría
que a su toldo le dejó,
en donde le destruyó
completa la toldería.

Los pobres toldos se hallaban
costeando el "Colón Quelú".
Y los milicos con su
armamento lo rodeaban.
Cuando a matar comenzaban
alcanzó a escapar Calfiao,
con un muchacho enancao
que lo levantó en un pie,
en el zaino Pangaré
que sabía correr boliao.

El milico Pancho El Ñato
a Calfiao lo persiguió,
y el Pangaré le volió
como pa'dejarlo chato.
Montaba un "güevo de pato"
que era por demás ligero,
un famoso parejero
que le tenía mucha fe,
y boliao el Pangaré
mostró que era más ligero.

A cruzar vizcacherales
con gran maestría lo enseñó,
y hasta maniao lo adiestró
a correr por los güadales.
A galopiar tremedales
lo tenía prepararo,
en él ponía su cuidao
"porque hay que tener presente,
que todo Pampa valiente
anda siempre bien montao".

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